Lo vivieron con la misma ansiedad de aquellos años en que ellos salían a jugar en el Monumental. Pero con la sapiencia que dan los años y la experiencia en un campo de juego. Fabián García y Salvador Mónaco compartieron ayer los 90 minutos frente a la pantalla en la redacción de LA GACETA para ver a su querido Atlético frente al Junior de Barranquilla.
Sándwiches de jamón y queso, una gaseosa para cada uno y el volumen alto de la pantalla plana fueron la previa del encuentro. Antes de que los equipos salieran a la cancha, García y Mónaco repartieron elogios para Guillermo Acosta y David Barbona.
Una vez que empezó a rodar la pelota también se dilucidaron los interrogantes sobre el rival. “Ellos juegan bien, pero han salido respetuosos”, afirma García, mientras el reloj marca los primeros 15 minutos. “No es un equipo agresivo, ni punzante”, agrega. A su lado, Mónaco, con la experiencia de haberse puesto el buzo de DT, agrega: “Atlético no desordena las líneas; está cómodo”.
Los ex futbolistas de Atlético reviven un ida y vuelta de conceptos sobre el juego, mientras Cristian Lucchetti se luce en una primera atajada a los 27 minutos del primer tiempo. “Atlético está esperándolo”, advierte García. Para reafirmar ese concepto, Mónaco dice: “Así es; es evidente que quiere salir de contra”.
Sobre el filo del primer tiempo, ambos ex futbolistas comentan que el equipo tucumano debe regular la energía, por el calor que hace en Cartagena. Se va la primera etapa con la tranquilidad de un empate en cero. El entretiempo sirve para chequear los mensajes en el celular y atender los sándwiches de miga.
Con tranquilidad
“Si se anima un poquito más, Atlético lo puede ganar”, arriesga García. “Está cómodo así”, intercede Mónaco. La tranquilidad se percibe en el ambiente. El segundo tiempo empieza muy parecido al juego de la etapa inicial. “¡Qué jugador es Nery Leyes!, parejito”, dice García. El reloj avanza y todo sigue en empate. A los 61 minutos, empiezan a evaluar el empate. “Este partido es para conservarlo así como está”, dice García. A su vez, Mónaco lanza un pronóstico: “Si Atlético juega con dos puntas, lo gana”.
La ansiedad se cuela en los espectadores. Ambos coinciden en que Pablo Lavallén debe hacer cambios. Van 65 minutos de juego. “Va a esperar a los 70 para los cambios”, dice Mónaco, mientras Lucchetti vuelve a tapar el grito de gol colombiano. “Ahora tiene que hacer un cambio”, afirma. La TV muestra la salida de Leandro González. García y Mónaco pedían el ingreso del Polaco Cristian Menéndez y, de repente, llega el descuido en la defensa y el gol del Junior. Ambos lo sufren. Junior se agranda en los últimos minutos y se nota el cansancio de los jugadores tucumanos.
“Qué bárbaro -dice García-; era un partido controlado y mirá ahora”, advierte señalando a la pantalla. Faltan seis minutos y el Laucha Lucchetti vuelve a tapar lo que podría haber sido el segundo gol colombiano. “Qué lo parió”, brama García. Mónaco lo interrumpe: “No damos más de cansados”, dice como si estuviera en la cancha. Todavía hablan como jugadores, porque los colores se llevan en la piel y se sienten en el corazón.
Al final, ambos se muestran optimistas para revertir el resultado de local en Tucumán. “Fue un partido muy inteligente de Atlético -dice García-. Creo que es un resultado que se lo puede dar vuelta saliendo a buscar al rival, sabiendo que hubo muchas falencias tanto defensivas como con pelota parada. Creo que quedó la puerta abierta para que Atlético lo de vuelta en esta llave”, afirma.
Mónaco, a su vez, dijo que Atlético estaba con un partido tranquilo, manejable y lo buscaba de contra. “No aprovechó las situaciones que tuvo y ellos desnivelaron. Pero es un resultado que se puede levantar y más de local”, remarca.